Sabemos que no todos los virus son malos para la salud. Y también sabemos que algunos de ellos poseen naturaleza agresiva y alta capacidad infecciosa. La mayoría de estos virus establecen una relación con el organismo donde se alojan, una interacción huésped-patógeno, que puede llegar a causar enfermedades graves o leves. Veamos entonces qué es el coronavirus Covid-19, por qué se caracteriza y cómo puede afectarnos.

Pero, ¿qué es exactamente la Covid-19?

Los denominados coronavirus son virus que circulan entre algunas razas de animales. Por lo tanto y normalmente afectan sólo a los animales. Sin embargo, algunos de estos virus propios del ámbito animal pueden alcanzar a los seres humanos, quienes por lo general se ven afectados, mostrando distintos estados de gravedad.

En los seres humanos los coronavirus producen cuadros clínicos que van desde el resfriado común hasta enfermedades respiratorias graves, provocando infecciones en las vías respiratorias, que pueden ocasionar enfermedades que pueden ir desde el resfriado común hasta casos más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS).

El nuevo coronavirus – nombrado por la comunidad científica como SARS-CoV-2 – no se había visto previamente en humanos hasta su detección el pasado mes de diciembre en la ciudad China de Wuham.

Desde allí su propagación y contagio han sido tan grandes que la OMS, Organización Mundial de la Salud, declaró oficialmente la pandemia por este coronavirus, el 11 de marzo de 2020.

¿Cuáles son las peculiaridades del SARS-CoV-2?

La Covid-19 es el nombre usado popularmente para referirse a la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2.

Este nuevo virus es resistente y puede resultar muy peligroso si no se detecta pronto, y si además se pertenece a uno de los grupos de personas de avanzada edad y/o con patologías previas (enfermedades coronarias, pulmonares o cuadros de inmunodeficiencias).

Como es un virus fundamentalmente respiratorio, comienza alojándose en la garganta e infectando los pulmones del huésped. Al entrar en el cuerpo -por vía nasal, oral u ocular- se adhiere a las células de la mucosa del fondo de la nariz y/o de la garganta.

La gravedad de su contagio deriva de su fuerza y de la capacidad de reproducción que posee, ya que una vez en las mucosas es capaz de romper la barrera de estas células y reproducirse con facilidad. Una vez en el cuerpo, los primeros síntomas del coronavirus comienzan a aparecer entre cuatro y quince días después del contagio.

La manera más eficaz de protegerse y prevenir su contagio hasta que se encuentre la solución médica de control y cura de la enfermedad que el virus SARS-CoV-2 provoca, pasan por:

  • Mantener las distancias de seguridad
  • Utilizar pañuelos desechables
  • Toser y estornudar, tapándonos la boca, protegiéndonos y protegiendo a los demás dado que las gotas de un estornudo son capaces de recorrer hasta dos metros
  • Evitar el contacto con ojos, nariz y boca puesto que las manos facilitarían la transmisión y el contagio

Por eso la recomendación más rápida, fácil e importante de cara a la protección personal individual fueron desde el inicio de la pandemia lavarse las manos con frecuencia, usar mascarillas y mantener la distancia de seguridad respecto a los demás.

 

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